lunes, 31 de enero de 2022

Oda a los que madrugan

Descubro la cama y pongo el primer pie en el suelo. Me tambaleo hasta la ventana y subo la persiana como si estuviera recogiendo la vela de un navío en plena tormenta: pesa horrores. Todavía no es de día, al menos no del todo: se confunden las primeras luces de la mañana con las últimas de la tarde. Podría creerme que está atardeciendo y un nuevo día se acaba solo por la estampa.

A lo lejos, todavía hay guirnalda de farolas blancas, azuladas y cálidas puestas en hilera, y entre ellas, luces de coches que van y vienen. El cielo es rosado, como si todo formara parte de un sueño, y dentro de unos minutos seguramente lo será más. Justo en la línea del horizonte se visualiza perfectamente un color azul intenso, mientras va ascendiendo, fundiendo a lila antes de sonrosarse.


Me esfuerzo por enfocar la vista y veo a un transeúnte con un abrigo largo negro, caminando rápido. Me pregunto a qué hora se habrá levantado para estar ya por la calle vestido y desayunado a la hora a la que yo aún no soy persona. Me pregunto cuánto madruga la gente. Me pregunto a qué hora se levantará el vecino. Me pregunto si no me estaré levantando demasiado tarde para poder considerarme a mí misma una persona productiva. Voy a la ducha y dejo caer el agua sobre mi cuerpo mientras me estremezco, motivándome a mí misma pensando en prepararme un té americano cuando acabe. Me pregunto si ya habrán construido un monumento a los que madrugan. 

¡Nos vemos en el próximo té!

12 comentarios:

  1. Hay otra manera de ver a ese ejército silencioso: tú vuelves de fiesta a las tantas de la madrugada y te vas cruzando por la calle con esas personas, con la cara todavía medio sin hacer pero que ya tienen rasgos suficientes como para mirarte con gesto desaprobador cuando no abiertamente hostil. Lógico: tú vas a desplomarte sobre la cama mientras ellos toman el relevo en la patrulla de las calles, aunque por supuesto su destino no son los bares, precisamente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hace años que no vuelvo por la mañana tras una noche de fiesta... Pero es curioso que a mi me parece que cuando subo la persiana los de abajo también me miran con gesto desaprobador ;D Personalmente, no me gusta madrugar pero tampoco levantarme tarde. Rondo las 08:10 - 08:20 h. Para algunos será pronto y para otros serán las tantas, probablemente...

      Eliminar
  2. Con la edad cada vez me apatece acostarme antes y levantarme temprano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que es una buena costumbre y de lo mejor para el descanso. A mí me cuesta madrugar mucho, pero sí suelo acostarme pronto

      Eliminar
  3. Hola chica del té! Te acabo de descubrir, el tema de la madrugada me jaló y la verdad, admiro a quienes pueden hacerlo.
    ¿Cómo hará Federico? A mí me pasa exactamente lo contrario, pero reconozco que cuando me he levantado temprano sí que me siento muy bien.

    Muchos saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!! Madrugar está bien, probablemente te queda más tiempo libre para dedicar a diferentes tareas, cunde más la mañana, etc. Desde que comencé la Universidad, empecé a tener las clases por la tarde, lo que de alguna manera te obliga a auto-disciplinarte con los horarios (no dormirte muy tarde para no levantarte muy tarde), y todavía hoy algunos días que trabajo desde casa, a mi ritmo, tengo que imponer ese horario. Creo que cuesta mucho más levantarse pronto cuando no tienes un horario concreto que cuando entras a trabajar a las 09:00 h!! Al menos a mí me pasa. Muchas gracias por leer y comentar!!

      Eliminar
  4. Yo quiero experimentar la vida sin reloj; acostarme y levantarme cuando el cuerpo sea el que me lo pida, y no una obligación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso estaría bien. Además, creo que cada persona tiene sus propios biorritmos, y además, suelen variar un poco a lo largo del año. En invierno cuesta mucho más levantarse por el menor número de horas de luz

      Eliminar
  5. Hay quien dice, creo yo que con demasiada razón, que uno se puede acostumbrar a todo menos a madrugar. Porque, quién no querría dormir siempre un poco más.
    He leído en varios lugares que muchos escritores escriben y escribían muy de madrugada, por muy diversas razones, yo lo intenté con bastante buena fortuna por dos semanas. Me levantaba un poco antes de las seis y escribía, o intentaba escribir hasta las ocho treinta, en que me metía a bañar. Pienso que es un buen hábito. Pero para llevarlo a cabo hay que dormir a buena hora y eso me resulta complicado, jajaja.
    Pero con tu título me has hecho pensar que sí merecen al menos una oda los madrugadores, que no creo que dios ayude en lo absoluto, pero que algunas cosas buenas sacan de ello.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que puede ser una hora de gran inspiración, sobre todo si a esas horas se está lo suficientemente despierto. Efectivamente, hay que acostarse pronto! Si no, de poco sirve el madrugón. Creo que la gente que acostumbra a levantarse MUY temprano, sobre todo durante el tiempo frío con menos horas de luz, merece un monumento

      Eliminar
  6. ¡Hola!

    Acabo de llegar! He retomado mi blog después de un par de añitos y ¡uf! Me he dado cuenta de que esto de los blogs parece que está muy parado: he perdido a mis bloggers habituales.

    Así que me voy dando una vuelta para buscar más. Y te he encontrao' :)

    Hablando del tema de la entrada: el tema ese de levantarnos para ser ''productivos'', ser suficientes, ser RENTABLES, porque parece que tenemos que pagar nuestro nacimiento, le pasa a toda nuestra generación.

    De todas formas, crítica social a parte, las personas que madrugan por gusto, porque se sienten más productivas, todas las que conozco me dicen lo mismo: al principio les parecía una mierda.

    Ahora están tan acostumbradas que es su momento más productivo del día.

    Yo antes de las 9 sigo sin verlo claro... jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaa!! Me alegro mucho de que hayas encontrado el blog y te haya gustado. Efectivamente eso de no madrugar sigue sin verse muy bien socialmente. Yo intento ponerme al día con ello, pero a veces si no necesito madrugar, pienso en si me renta más descansar una hora más o madrugar y estar todo el día soñolienta... Depende del día, y de la época del año, a veces cuesta menos levantarse pronto; otras veces es como para escribir una oda!

      Eliminar

Cuéntame tú ;)