jueves, 3 de noviembre de 2022

Música para un día gris

Llega noviembre, y aunque quizá no sea el mes que más quiero (al contrario de lo que diría Claudio Rodríguez), es el mes en el que más me atenta la vena introspectiva, sobre todo en días grises como estos, en los que parece que el cenizo del cielo siempre va a estar ahí por siempre.

Es tiempo de prepararse un té, encender alguna velita, ver llover desde la ventana y relajarse un poco. Aflojar. Pensar. Meditar. Dejarse licencia para sentirse nostálgico. Escuchar música. En estos días me tira más lo británico (será porque por allí hay muchos días grises?). Algo de Travis, Cranberries, Dido, Bowie... Dejo que Spotify me vaya asesorando mientras ciertos pensamientos me asaltan.

Ahora mismo hay muchos frentes abiertos en mi vida que están ahí sin resolverse desde hace meses, aún cuando he estado trabajando en ellos duramente. Por una parte pienso en que me quejo de vicio, otras que por qué coj**** me sale todo tan mal en la vida, por qué a otros les va a las mil maravillas con sus proyectos, y lo mío parece querer seguir estancado. Que lo dejo todo ya. Que estoy cansada, que sea lo que Dios quiera, y ya está. También pienso en si soy demasiado intensa. Pienso en si mis amigos piensan en mí. O en si me echan de menos (a algunos no les veo desde hace meses, o años, aunque suelo hablar con ellos). Creo que ellos no piensan en mí tanto como yo en ellos. Igual soy yo la que se queda estancada con las cosas. Y que por qué me tiene que importar tanto esa variable. Que yo a lo mío. Y pienso en mi familia, y en la situación actual también sin resolver, y en que en breve habrá que dejar la casa de mi abuela que he conocido toda la vida, desligarse, desapegarse, y todo se siente como una especie de ruptura inminente con el pasado.

Y pienso en que últimamente se me está haciendo muy difícil ponerme las pilas con las cosas, que todo está tan parado que yo ya no sé por dónde tirar. Necesito expansión y no sé cómo lograrlo. Es como este cielo gris que ha venido para quedarse, y que da la sensación de que no se irá nunca. Es eterno mientras dura, quita las ganas de salir de casa y de estar activo, llama al recogimiento y luchar contra ello produce pesadumbre de espíritu. Pues ahí estoy yo desde hace unos meses. 

Después de unos cuantos años, entiendo el feeling de desazón de esta frase de Travis de su tema Writting to Reach You: Everyday I wake up and it's sunday.

Escribo esto por si sirve como una especie de exorcismo. A ver.

¡Nos vemos en el próximo té!