jueves, 29 de diciembre de 2016

La necesidad de la respuesta inmediata

Esos días en los que necesitas una respuesta inmediata...

Los hemos vivido todos, por la razón que sea. El sentimiento de angustia te alcanza aunque lo hayas estado evitando durante días, porque todo llega. Al fin y al cabo, no podemos escondernos de nosotros mismos. 
El caso es que empiezas a pensar que si no das ya una respuesta a ese problema, o si no encuentras una solución rápida, todo va a ser mucho más complicado y quizá no puedas resolver tu situación, o al menos no como te gustaría.
Pero esto que te ocurre es una traición de tu subconsciente; nada es o blanco o negro. Es nuestra ansiedad la que nos lleva a este abismo y lo peor es que este paso es necesario para llegar al siguiente: para darse cuenta de que la vida sigue. Y a partir de ahí podemos encontrar todas las respuestas.
¡Nos vemos en el próximo té!

2 comentarios:

  1. Me has hecho reír, justo me debatía entre enviar un mail o esperar a mañana, no se trata de una decisión muy importante y el contenido no cambiará muchas vidas, en realidad no tiene ninguna trascendencia, se trata de hacer participar a más gente en un proyecto o no, por mí lo enviaría ya, necesito actuar y que se decanten las cosas, pero necesita ser leído antes por alguien con espíritu crítico, y como ese espíritu debe tener cosas más importantes, aquí estoy yo, pensando prescindir de él y lanzarme al ataque, y bueno...si esta cosita tan pequeña, me tiene loca la cabeza, cuantas veces nos precipitaremos en la vida por nuestra falta de paciencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Rebeca¡ Me encantan tus comentarios <3
      Me alegro de que esta entrada te haya aportado algo; la verdad es que la hice un poco rápido y no profundicé mucho en la idea (qué ironía :P)
      La impaciencia es un de mis grandes asignaturas pendientes, supongo que por la inmediatez a la que nos tiene acostumbrados la vida ahora. Antes iba todo a un ritmo más lento, y probablemente más acompasado. Ahora es solo el fenómeno de la comunicación lo que es tan rápido, porque el resto de nuestros ritmos vitales siguen yendo a la misma velocidad. Y ahí es dónde empieza este problema, supongo.
      En mi caso, lo que me empujó a escribir esto hoy fue algo que me dijo ayer un amigo: 'hay que aprender a amar el trayecto'.
      Supongo que es aplicable a muchas cosas, aunque no sé si lo sería para tu caso en concreto, pero si... cuántas veces nos precipitaremos por esta razón...
      Muchas gracias por tu comentario¡¡

      Eliminar

Cuéntame tú ;)