viernes, 17 de noviembre de 2017

La Biblioteca

Llevo muchos años yendo a la Biblioteca Pública de manera habitual, aunque no soy una gran lectora... ¡Pero no solo de libros vive la Biblioteca! (Esta frase para algunos será un sacrilegio... lo sé). Habitualmente sacaba CDs de música, películas, leía una revista sobre música, y poco más. Raramente visitaba la parte de arriba, donde están los libros. Sin embargo, desde hace un año, me he tomado la libertad (o al menos lo intento) de pasar una tarde a la semana allí.


No recuerdo exactamente cuando empezó todo, pero sé que un día subí a la parte de arriba y no frecuenté las estanterías de libros especializados como hacía anteriomente, mientras estudiaba en la Universidad, sino que me fui a la zona de literatura local, de mi ciudad y provincia. Allí había de todo: novela, poesía, teatro, ensayo. Decidí decantarme por lo que me pareció mas sencillo a priori: la poesía. Tengo algún libro de poetas de Zamora en casa, pero me apetecía aprender un poco más. Quizá en mi afán de encontrar respuestas a lo que veo y escucho, a lo que vivo entre estas callejuelas, al ambiente que se respira en cada estación del año, en cada muro de piedra, a orillas del Duero. Supongo que las respuestas a todo están ahí fuera, esperándonos. Y creo que otros antes ya las han encontrado. Quería encontrarme con esa clarividencia poética que destilan algunos versos. Y la encontré, por supuesto.

Ahora ya no solamente rebusco entre viejas cajas de plástico en la sección audiovisuales, también escudriño libro a libro de la sección de poesía de Zamora, queriendo encontrarme con algo que, de repente, dé sentido a todo. Algún texto que me desvele algunas incógnitas, a la manera que la poesía sabe: de una manera sutil, compleja, pero directa. Cada vez me siento más fascinada por el lenguaje poético, aun siendo una persona que no tiene ni idea sobre la forma, la métrica o el estilo, más allá de lo que estudié en su día. Supongo que, después de todo, soy mujer de ciencia, pues a veces intento comprender la poesía desde mi sistemática interna. Ese carácter ciego y terrenal tan característico impide, en ocasiones, ver lo que hay más allá de las palabras.

Ayer asistí a unas jornadas sobre ciencia, materia y poesía, organizadas en la Biblioteca en honor al poeta Claudio Rodríguez. La verdad, nunca fui consciente de que esos tres conceptos pudiesen estar relacionados. ¿Ciencia y poesía? ¿Materia? Pues hubo un tiempo en el que ciencia, filosofía y poesía venían a ser lo mismo. Fue la época de los grandes pensadores griegos y romanos, que no solamente intentaban dar explicación a los fenómenos naturales a través de un conocimiento más o menos racional, sino que en ocasiones, también lo plasmaban en forma de poesía. El ponente analizó concretamente a dos clásicos: Empédocles y Lucrecio, y su forma de mezclar poesía, filosofía y ciencia.

Mi mente racional y poco expandida no contemplaba que, aun hoy siga existiendo la Filosofía de la Ciencia; hombres y mujeres de ciencia interesados por la materia escondida mas allá de las partículas. ¿Es que acaso hemos olvidado que el ser humano está compuesto por muchas dimensiones? Y lo que me ha parecido más sorprendente es que, aún hoy, hay muchos físicos que se interesan por el lenguaje poético, y su relación con al ciencia. ¿Qué clase de alquimia guardan los versos? ¿Seguirá la materia residiendo en ellos?

En cualquier caso, cada día me doy más cuenta de que la poesía es infinita; abarca todo. Se cuela en cada casa y cada rincón, habita en los aperos de labranza, en las calles de cualquier ciudad, en la luminosidad del pensamiento científico y también encuentra su hogar en la música y en su medida exacta y cuantificable. Puede ser compleja y, sin embargo, ser comprendida por muchos. Puede tener una apariencia sencilla y humilde, y ser de una claridad inmensa.

¡Nos vemos en el próximo té!


4 comentarios:

  1. Hola!
    Hace muchísimo tiempo que no voy a la biblioteca. Como tú, la he usado más para estudiar, aunque cuando era enana, sí que sacaba libros y varias sagas completas (como Los hijos de la tierra) las leí de ahí. Me encantaba pasear y ver los libros y a veces elegir al azar. Debería tomarme un día para volver, seguro que me trae buen recuerdo :-) Aunque en mi caso la poesía no me termina de gustar mucho. Creo que no le he dado tal vez demasiadas oportunidades, ya que la narrativa me ha enganchado más desde el inicio.

    Bonita entrada :-)

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    1. Muchas gracias por leer y comentar! Pues realmente tiene un cierto tono romántico ir a la biblio y ver todo lo que te puede ofrecer. Creo que es un universo interesante.

      Un saludo muy grande!

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  2. Respuestas
    1. Muchísimas gracias por leer y comentar! Me alegro mucho que te haya gustado. Un saludo!

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